miércoles, 2 de noviembre de 2011

Buenos días

Te sigo dejando sitio en la cama. El tuyo, tu huequico. Y las mantas se me caen y paso frío. No sólo en los pies y sobre la piel. Frío del que va por dentro. Del que desquebraja donde encuentra un hueco. Ya no se me ve triste. Pero lloro ese llanto seco (que es el doloroso porque araña mente y corazón). Y he empezado a usar un gorro de lana para dormir. Para que por las noches, cuando consigo descansar, no se me escapen las ideas ni los recuerdos. Buenas noches. Buenos días.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Tengo palabras atragantadas. Agarradas a mi garganta. No salen. No se quieren marchar.

Me crujen los dedos. Y tomo aire. Despacio. Inspiro. El aire llega a cada recoveco. Preparo mis dedos, acaricio teclas. Y escucho cada golpe sobre el teclado.

Las palabras dejan de arañarme la garganta. Algunas las tragaré. Otras, las escupiré sobre una hoja en blanco.

Despacio. Vuelvo.