miércoles, 11 de mayo de 2011

Tengo palabras atragantadas. Agarradas a mi garganta. No salen. No se quieren marchar.

Me crujen los dedos. Y tomo aire. Despacio. Inspiro. El aire llega a cada recoveco. Preparo mis dedos, acaricio teclas. Y escucho cada golpe sobre el teclado.

Las palabras dejan de arañarme la garganta. Algunas las tragaré. Otras, las escupiré sobre una hoja en blanco.

Despacio. Vuelvo.