- Deja de mirarme así. Ven. Ven y esnífame.
Y él se acercó. Ella apagó la luz de la habitación y encendió la lámpara roja de la mesilla. Todo olía a sal.
- Deja de mirarme así. Ven. Ven y esnífame.
Y él se acercó. Ella apagó la luz de la habitación y encendió la lámpara roja de la mesilla. Todo olía a sal.
Qué agradable el olor a sal, y más aún impregnado con un leve tono rojizo.
ResponderEliminarUn beso MUYGRANDE :)
Qué gusto sentir todos los poros de la piel humedecidos ... salitre capaz de cristalizarse! Muacc
ResponderEliminarPara oler tanto a sal, debería ser una sirena.
ResponderEliminar¿Sería de esas que dicen "te quiero" si te ven la cartera llena?
Me gusta el olor a sal :3
ResponderEliminarEra como tener el mar entre las sábanas. Exactamente lo mismo.
ResponderEliminarcariñoenlamejilla,
señorita
Huele a sal porque es la sal de la vida.
ResponderEliminarEs que es un gran mar de sensaciones calientes !
ResponderEliminarEmpiezo a acordarme de cierta lámpara roja que salía en Annie Hall.
ResponderEliminarUn canto de ballena.
Me encanta :)
ResponderEliminarsalitre encerrado entre sábanas. GENIAL.
He descubierto hoy este blog y me lo he leido entero. Es genial. La entrada de Norma la he leído varias veces, con Casta Diva de fondo: mágica.
ResponderEliminarHe tardado mucho tiempo en volver.
ResponderEliminarMil gracias a todos por pasar. Se acabó el paréntesis. Espero veros más por este blog.
Muchas gracias por vuestros comentarios.