martes, 27 de julio de 2010

tripas

Cuando dormíamos juntos, no distinguíamos a quién le sonaban las tripas. Estábamos tan pegados que nos rebotaba el vientre al mismo tiempo. Ahora duermo sola y la tripa sólo me suena a mí.

Estar sola en casa da pereza. No hago la cama, no abro las ventanas y no me apetece cocinar. Sustituyo mis comidas por un par de cigarrillos y empachos de series. Capítulo tras capítulo. Hasta que no puedo más.

He pasado varios días en casa. ¿Pero para qué salir? Ni siquiera intento taparme las ojeras. Mis gafas están sucias y me corté el pelo a mí misma el día que él se marchó. Pero me he decidido. Busco en el armario y veo su camisa. La de cuadros rojos. Se la olvidó. ¿O la ha dejado? No importa. Me visto con lo primero que veo. No importa. Nada importa.

La calle huele diferente. Huele a sol. A sudor de todo el que pasa. A ese melocotón pudriéndose en la acera. Revistas a estrenar en el quiosco. A electricidad al lado del semáforo.

Siempre bajaba con él por esa calle. Nos separábamos en el metro. Marrón y roja. Un hasta luego en un beso. Ahora no hay líneas de metro de colores. Ni despedidas ni besos. Ahora bajo sola por la calle, fumando mi comida y esperando que los huesos terminen de escaparse de mi piel. Mientras, el mundo huele a sol y a fruta podrida.

Odio el centro comercial al final de la calle. Odio sus pasillos iguales. El sonido de los pasos sobre las baldosas. Odio las dependientas fumando en la puerta, con ese aire de prepotencia y puterío a partes iguales. A una se le escurre el maquillaje y tiene el pelo tan cardado como las pelucas que seguramente venda en la planta 1. Tal vez le obliguen a peinarse así para hacer creer a las clientas que los postizos que van a comprar son naturales. O tal vez simplemente se vea guapa. Hermosa y realizada. Mierda. Tan artificial como los pasillos de su planta. Sonríe descarada a un compañero. Y se lleva a la boca un pitillo. Sus uñas son obscenamente horribles. Largas y fucsias. Me repugna. Ella y ese maldito centro comercial. Sólo entraba cuando él quería comprarse algo ahí. Calzoncillos, colonias, lo que sea. Sólo entraba por él y volvería a hacerlo.

Como una autómata me veo en la sección de cosméticos cargada de bolsas. Perfume, barras de labios, maquillaje y cremas. ¿Qué me ha pasado? Salgo asustada y ya ha oscurecido. Fumo de golpe la merienda y la cena. El quiosco ha cerrado y ya no huele a revistas. Tampoco a sol.

Las bolsas me hacen daño en los dedos. Quiero volver a encerrarme en casa y volver a oler mi propio aire, mis sollozos, mi pereza. Cierro la puerta de golpe y lo veo a él. Con su camisa en la mano.

- Vengo. He venido por… - dice, señalando la camisa.

- Yo… yo he ido a comprar.

- Pero si odias ir ahí. – Me contesta con una sonrisa.

- Lo sé.

No me salen las sonrisas y las bolsas se me escurren. Todas las cremas caen en mis pies.

- Te has cortado el pelo.

- Sí.

- Y estás delgada. Muy delgada.

- Echo de menos el ruido de tu tripa.

- ¿Qué?

- Echo de menos que nuestras tripas suenen a la vez. Echo de menos tu radio en la ducha. Tu ropa por el suelo. Que dejes vasos por toda la casa. El olor a nicotina. Tu puta manía de comprar calzoncillos en ese sitio. Echo de menos hablar, discutir, follar contigo.

- ¿Echas de menos la rutina?

- Sí, por la que todo acabó.

- Yo también.

Abre las ventanas y deja la camisa en el armario. Veo que ha dejado un vaso en la mesilla. Y me abraza. Me abraza tan fuerte que su tripa suena y remueve la mía.

14 comentarios:

  1. Muchas gracias.

    Pasaré por vuestros rincones. :)

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  2. Yo me he hecho un chisme de esos que te avisa cuando alguien escribe cosas nuevas interesantes. Si no estaba perdido! Así que espero ansioso futuras lecturas obligadas :-D

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  3. "Me abraza tan fuerte que su tripa suena y remueve la mía."

    Realmente cautivador. Me he enamorado de aquella fresa.
    Animos, sigue asi.. Te leeré seguido, de verdad :)

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  4. Me ha encantado lo que has escrito. Es diferente, provocador, sincero y gracioso... a pesar del dolor del momento.
    Estoy aquí de casualidad pero voy a volver mucho mucho.
    Me convierto en la nº 90 ;)

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  5. Gracias, no se que ha pasado pero tus relatos me han ayudado a aclararme un poco y me siento mejor ahora.

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  6. que bonito :) Los dos se necesitaban.

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  7. es que las tripas a la vez suenan mucho mejor, dónde va a parar.

    pd: ¿qué sería de las cremas?

    (me gusta. mucho.
    doblemente mucho)

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  8. Tambien yo tengo ciertas mañas cuando me quedo sola,
    pero que lindo texto! ;D
    te estaré leyendo de ahora en adelante :)
    cariños

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  9. Muchas gracias a todos. Espero que nos sigamos viendo.

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  10. He muerto. Te juto que las entrañas se me han encogido y he sentido ese abrazo del final. En serio.
    Te sigo porque no puedo hacer otra cosa.
    Un saludo

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