viernes, 8 de mayo de 2009

la nube parió a la luna

He visto nacer a la luna. Se escurrió poco a poco de dentro de una nube preñada, gorda y oscura.
Fue anoche. Estábamos tumbados en la cama. El calor y el aire viciado nos empezaban a ahogar, así que abrí la ventana de par en par y entró un suspiro fresco (que nos hacía cosquillas en los pies). El perfil de las casas del patio recortaba al cielo.
Los gatos y palomas, que siempre están sobre el tejado ródeno a un palmo de mi ventana, se habían ido a dormir. No era demasiado tarde, pero sólo un par de habitaciones en el patio estaban iluminadas con una lámpara amarillenta o el parpadeo de la televisión.
Entre caricias, hablábamos de las relaciones, del amor, de los sabores del helado, del mañana, del hoy, del ayer con sus diferentes protagonistas… cuando miramos al frente y nos deslumbró esa luna redonda como una hostia, brillante, rematada con lentejuelas.
Nuestra habitación estaba disfrazada con una luz roja y pasada la frontera de la ventana todo era de color lunar que le goteaba a la nube. Era tan increíblemente hermoso que dolía a los ojos.
La luna estaba cubierta por una de las muchas nubes oscuras, rosadas y azules, que espolvoreaban el cielo. Estiramos los brazos y con los dedos la ayudamos a salir.
La nube paría al astro, poco a poco, y nuestros dedos la acariciaban para tranquilizarla (éramos conscientes del dolor y del esfuerzo que debía suponer separarse de algo tan perfecto).
Con un último empujón, la luna salió. La recién nacida de repente se vio sola, orgullosa, majestuosa. Consciente de su belleza, se dejó limpiar los restos del parto por otra nube, más pequeña que su madre. Ya limpia, con el cielo despejado y creyendo que el cielo se había hecho sólo para ella, lució con una fuerza brutal.
Brilló y brilló. Apagamos nuestra luz roja y vimos que Luna nos iluminaba por completo, casi cegándonos. Nos volvimos a desnudar y tomamos un baño de ella.
Fue uno de los momentos más bonitos que he visto, que he vivido. Mágico...

2 comentarios:

  1. Y la nube, agotada tras el esfuerzo, lloró un poquito por sentirse vacía y llena al mismo tiempo. Lloró de orgullo y de soledad, por tener que dejarla allí, iluminándolo todo con su fuerza.


    A Cat le ha gustado mucho. Ha notado la magia en el borde de la piel, como si se le metiera por dentro muy despacito.

    un miau de luna :)

    ResponderEliminar
  2. Mágico.

    Y la Luna sonríe a la Nube, feliz de poder ver por fin el mundo.

    ResponderEliminar

Garabatea con colores.